Las eufemísticamente llamadas “reformas estructurales” están provocando auténticos actos de terrorismo contra los más débiles de la sociedad, además con premeditación y alevosía, ya que se es consciente del daño causado y de que hay otras alternativas que no les da la gana contemplar.
En este primer año las “reformas estructurales” se han saldado con 426.364 parados más, despedidos a precio de saldo, en un macabro dos al precio de uno, con el agravante que los nuevos parados no tienen perspectivas de encontrar trabajo en mucho tiempo si alguna vez llegan a encontrarlo, ni por arriba ni por abajo en los tramos de edad hay esperanza ni a corto ni a medio plazo de que esto suceda, de hecho de casi los seis millones de parados existentes, tres millones son de larga duración.
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Publicado también en: Unidad Cívica por la República
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