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No hay dos sin tres, República otra vez. |
Desde el comienzo del apéndice de la dictadura franquista, si en algo se ha caracterizado este reino, ha sido por los casos de corrupción, no es que en la madre de la monarquía existiese menos corrupción, puede que más, pero la censura y la inexistente falta de libertad impedían que los españoles tuviésemos conocimientos de ello.
El primer caso que recuerdo fue el caso Palazón, diplomático español que según el fiscal, se desde 1976, o sea, recién inaugurada la monarquía borbónica, a asesorar y gestionar capitales y depósitos de cuentas bancarias de españoles y extranjeros, desde su residencia en Ginebra (Suiza), llegando a administrar, a principios de 1985, un volumen no inferior a 2.426.655.000 pesetas. Muy imaginativo él, abría cuentas en Suiza con "seudónimos, siglas o nombres imaginarios". ¿Cómo se saldó la historia? Como dijo mi madre, “si ha robado miles de millones de pesetas y le ponen 300 millones de fianza, ese buitre vuela”, así fue Palazón nada más pagar la fianza se marchó a Brasil a bailar samba y disfrutar de lo robado.
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